EL TIEMPO EN LUCES DE BOHEMIA



 
   

El tiempo histórico no está precisado con claridad. Por las alusiones literarias o políticas que aparecen en los diálogos podemos pensar que sucede entre 1913 y 1920 o 1924. En el escaso tiempo dramático que ocupa la obra se condensa un amplio tiempo histórico o real, en un confuso anacronismo en que aparecen como vivos, por ejemplo, personajes que ya habían muerto Rubén Darío aparece en la escena Xi (pero había muerto en 1916), mientras que se da por fallecido a Galdós (muere en 1920).

  Valle no pretende recrear minuciosamente determinados hechos históricos, sino evocar un ambiente político-social, que se inicia aproximadamente en 1913 con el maurismo. Miguel Maura, líder conservador, llegó a ser presidente del Consejo en varias ocasiones, fue director de la RAE y fue el inspirador del amurismo que propugnaba la revolución dede arriba. Luces... alude a los rumores que corrían en la época de que era "chueta" (judío converso mallorquín). Lo podemos percibir en una conversación de don Latino y la Vieja pintada:

LA VIEJA PINTADA.- ¡Que le den morcilla!
DON LATINO. - Se lo prohíbe el rito judaico.
Otro de los aludidos es Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas, un político liberal nombrado Presidente del Consejo en cinco ocasiones por Alfonso XIII e inspirador de El Popular, el periódico que dirige don Filiberto, que era conocido como "Manolito el Tonto". Dorio de Gadex imita la retórica de sus discursos en el Congreso en la escena VII.

En la obra se alude en varias ocasiones a la Ley de Fugas, que estuvo vigente entre 1915 y 1922, que autorizaba a la policía a disparar a aquellos detenidos que intentasen escapar. En la práctica se aplicaba de forma fraudulenta, pues se usaba para matar a gente a la que se decís que se la dejaba en libertad y luego se le disparaba por la espalda. En la obra se menciona cuando el preso catalán afirma que sabe su destino, que será un tiro por la espalda, algo que sabemos que se cumple en la escena XI.

   En relación con el preso catalán enlazan otros episodios que podemos relacionar con la Semana Trágica, aunque esta sucedió en 1909, cuando los obreros de las fábricas se negaron a abandonar sus trabajos para ir a la guerra de Marruecos. El nombre del anarquista, Mateo, parece aludir a Mateo Morral, que en 1906 atentó contra el cortejo nupcial de Alfonso XIII con Victoria Eugenia.  En 1917, durante uno de los gobiernos de García Prieto, tuvo lugar la llamada Huelga General revolucionaria, a la que parece referirse la que aparece como trasfondo en Luces...


Pero, independientemente de hechos históricos concretos, Valle trata de reflejar la vida de la España de la época. Un ejemplo es el papel de la prensa en la divulgación de noticias y creación de opinión, algo a lo que hace alusión en diversos momentos de la obra (don Filiberto y El Popular, inspirado por García Prieto- La Corres, El Heraldo, La Gaceta).

La literatura popular, las novelas por entregas, la mezcla de bohemia real y ficticia, las doctrinas filosóficas o teosóficas de moda (Mme. Blavatsky, el malthusianismo, el sufragismo) están constantemente presentes, y pueden pasar desapercibidas muchísimas referencias para un lector actual que en la época eran perfectamente entendidas: suicidarse en el Viaducto, los serenos asurianos (con su toque de madreñas), los toreros famosos (Joselito, Belmonte), tomarse los cafés de recuelo, un quince de morapio... La lista sería interminable.

En cuanto al tiempo dramático la obra respeta la unidad clásica de tiempo, pues se desarrolla en menos de veinticuatro horas, aunque de manera forzada sobre todo en el epílogo.

La trama es lineal y simple. No hay saltos temporales y sigue un orden cronológico lineal, salvo las escenas VI y VII, que son simultáneas. Hay también un pequeño salto temporal, desde el amanecer, en que muere Max (XII), hasta la tarde y el velatorio (XIII).

Las doce primeras escenas suceden desde el atardecer de un día hasta el amanecer del día siguiente. Hay luego una elipsis, pues la escena decimatercera sucede a las cuatro de la tarde y en la última los periódicos de la noche están en la calle y ya traen la noticia de la muerte de Madama Collet y Claudinita.

En ese transcurso lineal solo se produce una ruptura temporal, el simultaneísmo entre las escenas VI y VII, y el final de la séptima y el comienzo de la octava, cuyas acciones transcurren: en la escena VI Max está en el calabozo y mantiene una conversación con el preso catalán y simultáneamente los modernistas acuden al periódico para que este publique la noticia de su detención. Lo mismo sucede entre la conversación de don Filiberto y su conversación telefónica al final de la escena VII y la reproducción de una parte de esa conversación al comienzo de la octava.

   Esta condensación temporal puede resultar inverosímil, pero condensa los hechos para ajustarlos a la norma clásica y supone una intensificación de todos los conflictos planteados.

   El tiempo interior o de la trama se desarrolla en primavera (“El perfume primaveral de las lilas embalsama la humedad de la noche”, escena X). Se atiene a la unidad de tiempo si se considera la salida de Max y don Latino a la caída del crepúsculo hasta el amanecer del día siguiente, y si se suman el velatorio (XIII) y el entierro (XIV), la tarde del mismo día.


La escena XV es la que alarga temporalmente el tiempo más allá de las veinticuatro horas. En la escena XIII, separada de la XII por una fuerte elipsis, se ve que el velatorio se produce la tarde en que Max había amanecido muerto, en contra de la costumbre de velar cadáveres una noche entera antes de inhumarlos (DORIO:” A las cuatro viene la funeraria”. La escena XIV presenta a los sepultureros (parodia de los de Hamlet), Rubén y Bradomín en el cementerio, tras el entierro, la misma tarde. La escena XV tiene lugar en la taberna de Pica Lagartos la misma noche del entierro. Vistas así las cosas, el tiempo sobrepasa en muy poco las veinticuatro horas, pero existe una fuerte concentración en las escenas epilogales, por lo que concierne a Max, amigos y familia, y es similar a los acontecimientos y personajes que se aluden en la obra sin afectar su estructura, aunque alargando sus alcances cronológicos. De hecho, entre las escenas XII y XV, el tiempo abarca desde la muerte de Max a las cinco de la mañana hasta una hora indeterminada de la noche. Pero debe notarse la rapidez con que todo transcurre: Basilio Soulinake viene la misma tarde de la muerte alertado por el periódico (rapidez mediática suma), el entierro (elíptico entre XIII y XIV), y en la taberna de Pica Lagartos (XV), la noche del entierro dice don Latino:” ¡Hoy hemos enterrado al primer poeta de España!, y la Pacona, vendedora de periódicos, trae ya El Heraldo con la noticia del suicidio de Madama Collet y Claudinita. (Extrema concentración temporal, casi imposible). Incluso don Latino se ha apresurado a cobrar el 5775, el billete de lotería que arrebató a Max, ya muerto, y que ha tenido que salir premiado esa misma mañana. 

Esto tenía sin cuidado a Valle, siempre enfrentado al Realismo y aquí cultivador de un Expresionismo de gestos, muecas y apresuramientos sin límite, cercanos a los del cine mudo de la época. La unidad de tiempo se sobrepasa, pues, en pocas horas, pero resulta difícil de encajar en la lógica a partir de la escena XII.

No comienza in medias res, a pesar de ser este un modo característico de iniciar tragedias.

Todos los anacronismos contribuyen a potenciar el efecto deformador. La mezcla de la bohemia real con la ficticia representa la realidad que el espectador conoce, por lo que contribuye a la verosimilitud y a la recepción de la carga crítica.

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